De rana a open con beso de calamar

Venía marzo apretando cuando se cruzaron en mi camino unas vacaciones demasiado ociosas. Ante la escalada que se me presenta decidí tomarme un último y buen respiro, seguro que no aconsejado por alguno. Y visto lo visto, hubiera sido un completo error no haber hecho este viaje. Tengo la cabeza llena de recuerdos que me apetece revivir, tengo ganas de corear open antes de hundirme en el agua y tengo ganas de la gente, que ha sido lo mejor del viaje. Comentábamos el último día Carol, Almu y Javi que el único fallo de todo el viaje ha sido no quedarnos hasta el jueves y haber tenido una última y grandiosa última noche. Pero ahí queda en suspenso, esperando a que nos juntemos de nuevo para que no sea un cuento, sino una historia recién empezada. Me apetece que si alguno de los que estuvimos allí lee esto sepa que me acuerdo de vosotros, de todos y cada uno, y que me alegro de haber compartido este viaje con vosotros, ya que vosotros lo hicisteis memorable.

Nada más tengo que decir pues todo lo que diga es inútil para mis propósitos, que es estar bajo el agua en buena compañía, con mi calamar a mi lado y la prole de ranas alrededor. Espero veros pronto, os dejo un beso y un abrazo para que escojáis, pero que sepáis que son de mi mejor cosecha.


Gracias mi niña por darme esto, espero pagártelo muchas veces entre burbujas.

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